El nuevo año te motiva a mejorar y conseguir nuevos objetivos en tu vida, entre estos seguro alguno está relacionado con el manejo de tus finanzas personales. Es posible que ya hayas fijado tus metas financieras del año, sin embargo muchas personas a mitad del camino deciden botar la toalla. En la mayor parte de casos esto se debe a malos hábitos en el manejo del dinero, y saben que haciendo cambios en su estilo de vida su situación mejoraría. Sin embargo, si te decides a tomar acciones y cambiar tus hábitos para conseguir tus metas, te damos algunos consejos para que puedas hacer que estos hábitos sean parte de tu vida:
Para que una meta sea alcanzable, lo recomendable es dividir esta meta en mini metas que te permitan rastrear tu progreso en el tiempo. Pero, también es importante no olvidar cuál es el objetivo por el cual te estás esforzando para seguir motivándote.
Si, por ejemplo, te decides a ahorrar $50 dólares más cada mes, sin entender bien cuál es el propósito de adquirir este hábito de ahorro, en poco tiempo se te olvidará que tienes que hacerlo y perderás el hábito. Tal vez ahorras para crear un fondo para emergencias? Ahorras para pagar la entrada para una nueva casa? Conocer la respuesta te ayudará a mantenerte enfocado.
Una de las razones por las que las metas financieras parecen tan difíciles es porque te enfocas en lo que no debes hacer – “No voy a gastar mucho”. No puedes adquirir un hábito que involucre algo que no debes hacer.
Es importante estructurar metas financieras de forma positiva, en términos de acciones que tú puedes hacer, en lugar de ponerlo en términos negativos. Entonces, en lugar de decir “no voy a gastar mucho en compras en el centro comercial el próximo fin de semana”, cambia y di “el próximo fin de semana encontraré una actividad gratuita y divertida para hacer”.
Si no sabes por dónde comenzar para hacer del nuevo hábito parte de tu vida, identifica una señal que te ayude a recordar el comportamiento que estás tratando de incluir en tu vida. Esto puede ser un momento, un lugar, la compañía de una persona o alguna actividad que la practiques con regularidad.
Por ejemplo, si te cuesta seguir tu presupuesto, puedes escoger una hora de tu día (como la cena), como el momento para que puedas hacer una lista detallada de los gastos del día. O, si quieres ahorrar más, tal vez toma el momento en que te depositan tu sueldo para transferir inmediatamente $50 en tu fondo para emergencias.
La consistencia es clave para formar un hábito, por lo que si sabes que habrá obstáculos que te puedan afectar, haz un plan para evitar ese obstáculo.
Por ejemplo, si decidiste que el 2017 prepararás el almuerzo en tu casa para llevar a la oficina en lugar de comer en restaurantes, piensa en lo que puede impedir que esto suceda. Si tu excusa es que no tendrás tiempo para cocinar, qué puedes hacer para cambiar esto? Tal vez puedes cocinar el fin de semana y separar porciones para cada día de la semana. Tener una estrategia te ayudará a mantener los buenos hábitos.
Si conoces a alguien que tenga metas financieras similares a las tuyas y está dispuesto a cambiar sus hábitos, podrán apoyarse mutuamente para conseguir sus metas.
De hecho, sólo con conversar sobre tus hábitos financieros con regularidad puede ser el primer hábito que pueden tratar de implementarlo. Agenda una reunión o una llamada semanal para conversar cómo están avanzando.
Tomado y traducido de: www.learnvest.com
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