Guía para combinar las finanzas en pareja

Guía para combinar las finanzas en pareja

Casarse conlleva muchas decisiones maravillosas. Tienes que planificar la ceremonia y la fiesta, y soñar con las cosas que harán algún día como pareja. Una de las cosas que no suele ser la primera, la segunda o la vigésima de la lista es cómo manejarán sus finanzas. Y no pasa nada. Tal vez la prioridad es definir dónde irán de luna de miel. Pero cuando se dan el “sí, acepto”, se une todo en sus vidas, incluidas las finanzas.
Es importante comenzar a tener algunas conversaciones generales sobre el dinero que pueden ayudarte a ti y a tu pareja a comprender mejor cómo piensa cada uno desde el punto de vista financiero. Lo importante es empezar con pie derecho desde el punto de vista financiero para que puedan disfrutar de la mejor manera su vida en pareja.

Te damos una guía para parejas sobre cómo combinar sus finanzas:

1. Intimar financieramente
Casarse significa compartir con tu pareja experiencias que no compartirías con nadie más. Una buena relación significa ser vulnerable con el otro. Eso también se traslada a las finanzas.
Posiblemente han tenido alguna conversación rápida sobre el dinero. Pero ahora es el momento de conocerse realmente desde el punto de vista financiero. Antes de entrar en detalles, empieza la conversación compartiendo tus experiencias personales con el dinero. Gran parte de tus antecedentes financieros se establecen a medida que crecen, así que empiecen hablando de cómo el dinero ha desempeñado un papel en su pasado. ¿Tu familia era segura económicamente o tuvo problemas con el dinero durante tu infancia? ¿Qué te enseñaron sobre el dinero? ¿Las actitudes hacia el dinero eran generalmente positivas o negativas?
A continuación, analiza cómo esas experiencias pueden haber conformado tus valores monetarios y tu filosofía de gasto. Por ejemplo, ¿te estresa no tener cierta cantidad ahorrada? ¿O, por el contrario, sientes la necesidad de gastar el dinero una vez que lo tienes?
Una discusión sobre valores puede dar paso a una discusión sobre la situación financiera de cada uno. Asegúrate de compartir lo que cada uno aporta. ¿Tienes deudas? ¿De qué tipo y cuánto? ¿Estás ahorrando para el futuro? ¿Tiene un plan de jubilación? Si es así, ¿qué parte de tu sueldo ahorras? ¿Tienes alguna otra inversión? ¿Cuánto has ahorrado hasta ahora? Entender de dónde viene cada uno les ayudará a planificar mejor el camino para llegar a donde quieren estar.
Es importante que estas conversaciones se produzcan sin juicios de valor, sobre todo si alguno de los dos ha tomado decisiones de las que no se siente especialmente orgulloso. Tener toda la información al descubierto es la mejor manera de avanzar hacia sus futuros objetivos juntos.
Conviene que hablen de sus hábitos monetarios actuales. ¿Cómo controlan su dinero? ¿Les gusta llevar una hoja de cálculo detallada o prefieres comprobar de vez en cuando el saldo de sus cuentas? Hablen también de si les gusta gestionar las finanzas. Si uno de los dos tiene una afinidad natural por este trabajo, puede ser una buena idea dejarle tomar la iniciativa.

El objetivo de sus conversaciones es conocer mejor cómo piensa cada uno sobre el dinero. Esto puede ayudarte a ser más comprensivo con tu pareja y facilitar futuras conversaciones sobre el dinero. Asegúrate de que estas conversaciones se llevan a cabo con comprensión y apoyo, preparando el escenario para trabajar en colaboración en el futuro.

2. Establecer metas financieras compartidas
Las metas financieras incluyen cosas como pagar las deudas. También pueden ser muy divertidos; incluyen todas las cosas increíbles que harán juntos en el futuro. ¿Qué piensan conseguir? ¿Quieren tener hijos? ¿Quieren viajar con regularidad? ¿Les gustaría comprar una casa? ¿Quieren llevar a los niños de vacaciones todos los años?
Esta conversación les ayudará a establecer metas compartidas y un plan para alcanzarlas como pareja. Puede que encuentren puntos de acuerdo, como la meta común de viajar. Pero puede que haya otros puntos en los que tengan puntos de vista diferentes. Por ejemplo, no es raro que una persona quiera cubrir todos los gastos universitarios de sus hijos, mientras que otra está dispuesta a pedir un préstamo.
Los puntos de desacuerdo están bien. Pero es importante hablar de estas cosas por adelantado para conocer la postura de tu pareja y poder desarrollar un proceso para trabajar en las áreas de acuerdo y superar las diferencias.
A la hora de fijar objetivos, conviene agruparlos en categorías a corto, medio y largo plazo.

A corto plazo (1-4 años)A mediano plazo (5-10 años)

 

A largo plazo (más de 10 años)
Liquidar la deuda de la tarjeta de crédito

Crear un fondo de emergencia

Ahorrar para las vacaciones

Ahorrar para grandes compras (auto, muebles)

 

Ahorrar para el pago inicial de una vivienda

Pagar los préstamos estudiantiles

Obtener formación adicional o certificaciones profesionales

 

Crear un fondo para la universidad de los hijos

Comprar una segunda propiedad

Crear su propia empresa

Jubilarse en otra ciudad o país

 

3. Determinen cómo van a gestionar su dinero
Ahora es el momento de empezar a revisar realmente sus finanzas. Una de las primeras grandes decisiones es dónde ahorrar el dinero del día a día. Para responder a esta pregunta, tiene que decidir si quieren cuentas conjuntas, separadas o una combinación de ambas.

Ventajas e inconvenientes de las cuentas conjuntas
– Una cuenta conjunta: Con una cuenta conjunta, ambos pondrían sus ingresos mensuales en una cuenta compartida que se utiliza para pagar facturas y cubrir gastos. A muchas parejas les gusta esta opción porque simplifica el seguimiento al mantener todo el dinero en un solo lugar. También puede ser una buena manera de trabajar por objetivos comunes, sobre todo si una persona trabaja y la otra no. Sin embargo, tener cuentas conjuntas puede dar lugar a desacuerdos adicionales, ya que ambos tienen una visión de en qué gasta el dinero el otro.

– Cuentas conjuntas y separadas: Algunas parejas ingresan una determinada cantidad de dinero en una cuenta conjunta para cubrir gastos compartidos (como las facturas del hogar o los gastos de los hijos) y mantienen cuentas separadas para gastos personales o facturas que les gustaría mantener separadas (como préstamos para estudios, por ejemplo). Cada uno puede aportar el 50% a la cuenta compartida; o si hay una disparidad de ingresos que quieren tener en cuenta, pueden acordar porcentajes de aportación diferentes. Mantener cuentas separadas puede permitir a cada uno mantener un sentido de autonomía con sus gastos personales y proteger los activos individuales, pero también puede hacer que el seguimiento del dinero sea un poco más engorroso.

– Cuentas completamente separadas: Si prefieren no hacer ningún cambio en sus cuentas, cada uno puede mantener sus cuentas separadas y encontrar la manera de dividir las facturas. Otra posibilidad es dedicar los ingresos de una persona a los gastos mensuales y los de la otra a los ahorros.
Independientemente de la opción que elijan, también querrán establecer un proceso para gestionar el dinero de forma continuada. ¿Quién controlará el presupuesto? ¿Quién pagará las facturas cada mes? ¿Quién gestionará y controlará las inversiones y evaluará el progreso hacia las metas a largo plazo? A la hora de asignar estas tareas, ten en cuenta tus puntos fuertes e intereses. Si a uno de los dos le gusta más gestionar las finanzas, puede ser una buena persona para asumir el liderazgo.

Ahora que ya sabes dónde irá el dinero y quién lo controlará, es hora de poner las piezas financieras en su sitio.

– Fijen juntos un presupuesto
Hazte una idea de cómo gastarás en el día a día como pareja. Puede que uno de los dos, o los dos, ya sigan un presupuesto mensual, lo que puede ser un buen punto de partida para elaborar uno juntos. Si empiezas de cero, puedes elaborar fácilmente un presupuesto siguiendo estos pasos:
Sumen su sueldo neto. Suma tus ingresos y los de tu pareja (después de impuestos y retenciones). Esto es con lo que van a trabajar.
Sumen los gastos fijos. Haz una lista de los gastos esenciales que no varían de un mes a otro, como la hipoteca o el alquiler, los pagos del auto, las facturas del celular, etc. Esta es una gran oportunidad para buscar redundancias. Ahora que están casados, no necesitarán dos cuentas de Netflix. Tal vez puedas hacerte socio de un gimnasio con un plan de parejas o ahorrar dinero con un único plan de telefonía celular.
Establezcan un presupuesto para gastos irregulares. Tendrán que hacer un hueco en su presupuesto para los gastos que son esenciales para vivir pero que no son fijos cada mes. Por ejemplo, pago de impuestos, las reparaciones del coche o los regalos de Navidad. Lo normal es dedicar alrededor del 50% del presupuesto a gastos fijos e irregulares combinados.
Reserva dinero para contribuciones a metas financieras. Es probable que los sueños que tengan requieran ahorros para alcanzarlos. Lo normal es reservar alrededor del 10% del sueldo neto para ahorrar para metas futuras. Pero esta cantidad puede variar mucho en función de sus planes.
Calculen sus gastos discrecionales. Ahora es el momento de hacer cuentas: Resten los gastos fijos, las aportaciones para metas y los gastos irregulares de su sueldo neto total. Este es el dinero que les queda para gastar en impulsos, derroches, salir a cenar, las cosas divertidas de última hora. Saber que estás presupuestando tus gastos esenciales y tus metas debería darte un espacio para tener gastos de estilo de vida. Algunas parejas se dan una cantidad fija para gastar, máximo el 40% del ingreso neto.

– Creen un fondo de emergencia
Si aún no tienen un fondo de emergencia (o dos), empiecen a reservar dinero para gastos inesperados, como una reparación importante del auto, un gasto médico o cualquier otra cosa que no esperaban. Es una buena idea tener acceso a los gastos de tres hasta seis meses en caso de emergencia.

– Hagan un plan de ahorro
Fíjense en los objetivos que se pusieron y hagan cálculos aproximados para saber cuánto dinero necesitarán para alcanzarlos. A continuación, calcula cuánto deberían ahorrar cada mes para alcanzar esa meta. Esto es lo que querrán presupuestar mensualmente para ahorrar.
A continuación, analicen cómo van a gestionar esos ahorros. Los distintos instrumentos de ahorro producen beneficios diferentes, por lo que el destino de sus ahorros y el momento en que piensa disponer de ellos determinarán dónde quiere colocar el dinero.
Si están ahorrando para objetivos a corto plazo, como crear un fondo de emergencia, ahorrar para las vacaciones o comprar un coche nuevo, una cuenta de ahorro en un banco tradicional puede ser una buena opción para poder acceder fácilmente al dinero.
Si están ahorrando para objetivos a medio plazo, como el pago inicial de una vivienda, puede que les interese buscar opciones que permitan que su dinero crezca, como los certificados de depósito o incluso las inversiones.
Si están ahorrando para objetivos a largo plazo, como la jubilación, hay varias opciones, como tener un ahorro programado o un fondo de ahorro para el retiro.

4. Reevalúen sus necesidades de seguro
Ahora que están casados, querrán revisar sus seguros. Es probable que tenga algunas oportunidades y nuevos tipos de seguro que quieran considerar.
Seguro médico. En algunos casos, puede tener sentido seguir con un seguro individual a través del trabajo de cada uno. Pero, revisen las primas, las franquicias, el coseguro y los copagos de cada uno de sus planes de seguro, y luego determinen si tiene más sentido utilizar un plan familiar a través de uno de sus empleadores frente a llevar cada uno su propia póliza. A menudo, esto supone un ahorro. Además, un solo plan puede facilitar las cosas frente a tener que estar pendiente de dos.
Seguro de automóvil y de vivienda. El hecho de estar casado puede reducir las tarifas de los seguros de vivienda y automóvil. Pero esto también puede ser un buen momento para consolidar si tienen pólizas separadas. Puede que consigan una sola póliza que cubra todo lo que necesitan y les ahorre dinero.
Seguro de vida. Si hasta ahora no te habías planteado un seguro de vida, casarte es un momento clave para considerar la posibilidad de contratar una cobertura. El seguro de vida ayuda a proteger tus ingresos en caso de que fallezcas. Casarse significa que otra persona depende de esos ingresos. Además de la indemnización por fallecimiento, algunos seguros de vida acumulan valor en efectivo, que se convierte en una fuente de financiación que puede ayudarle con otros objetivos a lo largo de su vida.

5. Actualicen los documentos importantes
Combinar su vida financiera implica actualizar muchos documentos importantes. Esta lista les ayudará a asegurarse de los dos figuran como esposos en los documentos correctos.
Actualicen títulos y escrituras. Para asegurarse de que ambos tienen la propiedad legal y la autoridad para tomar decisiones sobre los bienes compartidos, querrán añadir el nombre del otro a cualquier bien que vayan a compartir.
Actualicen los formularios de beneficiarios. Cambien los beneficiarios de cualquier cuenta financiera existente, como pólizas de seguro de vida o cuentas de jubilación. Algunas otras cuentas financieras tendrán designaciones de transferencia en caso de fallecimiento o pagaderas en caso de fallecimiento que transferirán automáticamente la cuenta a quien figure en ella si falleces. Estas designaciones prevalecerán sobre el testamento, por lo que es importante mantenerlo actualizado para que refleje seos.

6. Establezcan un sistema de revisión periódica
La vida cambia y los planes también. Es posible que tengan un número de hijos diferente del que habían planeado en un principio o que uno de los dos haga un cambio importante en su carrera profesional que afecte al panorama general. Un buen plan financiero es flexible y puede adaptarse a los cambios que la vida les depare.
Sigan hablando de finanzas abiertamente y creen un proceso para revisar y ajustar su plan con regularidad. Tal vez hagan un seguimiento y revisen brevemente los gastos cada mes, o tal vez prefieran revisar todos los movimientos trimestralmente. El mejor plan es el que realmente van a seguir.
Cuando establezcan y mantengan juntos sus planes, no tengan miedo de pedir ayuda. Son conversaciones importantes y hay muchas variables en la situación financiera de una pareja. No pasa nada si no tienen todas las respuestas o no saben qué hacer. Los asesores financieros son expertos en estas áreas y pueden darles el apoyo que necesitan para crear la vida que quieren juntos.

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